Monday, August 3, 2020

La felicidad en el arroz

Esta mañana me llegó una revelación... eso, o todavía andaba medio desmañanado jejeje...

Y es que me llegó a la mente una idea simple, pero realmente con mucho significado: La felicidad, es como el arroz.

La receta más simple te dirá que pongas arroz, le agregues dos partes de agua por cada de arroz, lo calientes y dejes hervir, luego a fuego lento y esperes a que se evapore el agua y listo... pero eso es como uno de los libros de Paulo Coelo, caldo de pollo para el alma, Carlos Cuautémoc Sanchez, la novela de las 2 de la tarde, un cuento de hadas, o cualquiera de esas otras tonterías.

Y no dudo que eso le funcione a algunos cuantos, pero para cada quién, es un proceso diferente, ha quienes les gusta el arroz blanco, pero la mayoría lo prefiere más elaborado, condimentado, o mezclado con más ingredientes, con un método de elaboración más específico. Esto presenta más retos, y dejar la puerta abierta para el desastre, pero al final de cuentas, también los resultados pueden o no valer la pena.

Habrá a quien le guste comerlo solo y prepararlo solo, y quién prefiera comerlo o prepararlo acompañado.

Habrá a quien lo condimente de una forma, otros de otra. También hay distintos tipos de arroz, algunos requieren de cuidados especiales.

Hay quien lo fríe, quien lo lava primero, quien lo prepara luego lo combina, etc. 

Hay quien puede comer arroz todos los días, pero combinándolo de diferentes maneras. Como en todo, nunca comemos el mismo arroz aunque lo preparemos de la misma manera.

El arroz lo puedes comer en la casa, o conseguirlo en lugares específicos y a diferentes costos.

Puedes comprar los materiales, o conseguirlo pre-cocido, o incluso ya preparado.

Requiere de cuidados y siempre tiene una fecha de caducidad.

Hay a quienes el arroz lo llena, quienes lo consideran el platillo principal, o solo un complemento.

Hay quien lo prepara todos los días, hay quienes lo comen en situaciones especiales, e incluso habrá quienes nunca lo hayan probado. 

Hay quienes tienen tanto arroz que desperdician el que les sobra, quienes lo comparten y a quienes les falta y es un esfuerzo el simple hecho de prepararlo.

Podría incluso hacerle una oda al arroz, y no dudo quien le haya dedicado incluso ya una canción.

Si te pones a pensar, la felicidad es así, como el arroz.

La felicidad es diferente para cada quién, no se obtiene fácilmente, no hay una receta para obtenerla; pero hay ciertas guías para tomar como referencia. La mezcla de momentos, situaciones, tiempos, lugares, personas, cosas, todo tiene un papel fundamental en darle sabor a la vida y sobre todo a la felicidad.

Es posible intercambiar el concepto del arroz con el de la felicidad en cada una de las frases anteriores, y el resultado no se altera. Ya sea en cómo comerlo, cómo prepararlo, con quién, cuando,
dónde. La felicidad es un concepto cambiante, finito, que para obtenerla hay que pagar un precio, no es instantánea, aunque así lo parezca.

En fin, eso es lo que pensé el otro día en la mañana y no quise dejar más tiempo sin compartirlo con ustedes mis -250 lectores XD

Atte:
L.B.

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