Luz, a, cielo, sol, amor, mi, áspero, tristeza, lassagna, manzana, agua, corazón, dos, rojo, trueno, caliente, rugido.
Es interesante cómo una serie de garabatos nos pueden llegar a hacer escuchar, ver, sentir, oler, saborear, cosas, sentimientos, emociones; a entender algo incluso intangible, inexistente, irreal, lógico, absoluto; a imaginar, pensar, reflexionar, razonar, perder la cabeza.
Es increíble como la escritura pueder provocar tanto, o incluso, a veces con tan poco.
Las palabras son muy poderosas... nos pertenecen, y al mismo tiempo, no son de nadie. Una vez dadas, dejan de existir en nuestra mente para terminar plasmadas en la realidad.
A diferencia de la palabra hablada, la escrita es independiente del tiempo. Las palabras habladas, ellas se desvanecen una vez que se expresan, por lo tanto, son efímeras, aunque nos puedan llegar a dejar marcados por toda una vida; pero una palabra escrita perdura, y no requiere de ser representada o expresada cada vez que se desea transmitir, ya que una vez que existe, cualquiera la puede absorber.
Dicen que una imagen dice más que mil palabras... pero es increible que una palabra a veces dice más que mil imágenes, hablando del pasado, presente y futuro.
La diferencia entre que alguien te cuente un cuento representándolo, hablándolo, o escribiéndolo, es que solamente en la última podemos escuchar, ver, sentir algo totalmente ajeno a lo que en realidad escuchamos, vemos y sentimos. Porqué? Porque las palabras no son más que garabatos, palitos y bolitas, y sin embargo, nos transmiten algo totalmente distinto a lo que son.
