Monday, April 30, 2018

Crónicas de la nada y del todo: El amigo pasajero.

Uno pensaría que después de todo lo sucedido, mis días terminarían de otra forma...
Hubo un tiempo en que luché con dragones; derroqué (si, no derroté, derroqué) todo un reino; conseguí la joya más preciada de los enanos; superé en agilidad a los elfos; conocí el amor en la persona más inesperada, mi más ferviente enemigo; conocí a las más hermosas creaturas, a los más valientes guerreros y a los peores  y más crueles villanos conocidos hasta este momento; pasé por las crisis y pruebas más duras que un ser vivo puede experimentar y sobrevivir para contarlas.

Uno pensaría que tras todo ello, perdería mi vida en gloriosa batalla, salvando a algún ser inocente de su opresor, a una damisela en apuros, asesinado por alguno de mis incontables enemigos, herido de muerte por una daga envenenada, una caida al abismo, un fuego calcitrante, el humo de algún volcán en erupción, encendido por un dios enardecido (y vaya que he hecho enojar a algunos de ellos)... Y sin embargo, me concienten con una muerte pacífica e irónica, en la cúspide de mi vida, en el momento en que realmente comenzaba por primera vez a ser feliz.

No sé si sentirme honrado o deshonrado por ello. No tengo aún ni siquiera los 600 años típicos de mi raza para considerarme un adulto mayor, ni siquiera un adulto promedio! (Para un humano podrá parecer una eternidad; para un dragón, un elfo, un Dios, apenas un parpadeo).

Lo que sí entiendo, es que en este fatídico momento, todo pasó en un instante; y con ello, veo pasar toda mi vida de manera aleatoria, los buenos y malos momentos; todo pasa ante los ojos de mi mente, que está apunto de apagarse. Es como si el Dios del Tiempo quisiera dejar plasmada en la historia nuevamente todos estos momentos, que queden escritas nuevamente en los anales del tiempo y del espacio; que quede constancia de que lo que alguna vez diseñaron llegó a convertirse en una realidad.
Entonces, yo como actor principal de esta historia, paso a ser autor de la misma, y al mismo, tiempo su narrador (porque no pienso darle el gusto a esos Dioses que dirán que ellos la escribieron, cuando fui yo quien tomó cada decisión que me llevó hasta ese momento, y que si pasó como ellos lo escribieron es una simple coincidencia).

Les diré que empezaré desde el principio, y que todo comenzó cuando...
No... ya que los recuerdos vienen a mí de manera aleatoria, es justo que yo decida qué, cómo, dónde y cuándo sucedió todo. Pero hay algo que sí les puedo decir, y es que esta no es la historia de cómo morí, de cómo terminó todo (porque de alguna manera eso ya lo saben, además, como ya dije, ni siquiera fue un evento realmente interesante) ni siquiera creo que deba decirles cómo viví (eso sería muy egocéntrico de mi parte) pero sí debo de contarles lo que viví; los lugares literalmente fantásticos que visité; a esos seres maravillosos que conocí, y que aunque fui el actor principal de esta historia, ellos son los que realmente se llevan todo crédito. 

Les advierto... como última jugada, la última risa, el último as bajo la manga (porque conocí a un ser extraño que me enseñó lo que en su mundo llaman cartas; y esa es aún otra historia) que no osaré nombrar por su verdadero nombre a ninguno de los Dioses de mi historia (como ya se podrán haber dado cuenta) ya que aunque hubo algunos que sin duda alguna me ayudaron, todos se prestaron en esta mala jugada del destino; a lo que yo infantilmente (si así se les antoja), a modo de rabieta, les castigo selectivamente (si así se le puede llamar) con el látigo de mi desprecio, ignorancia y silencio (además de que sinceramente son tantos que es imposible llevar la cuenta y acordarte de sus nombres, pero eso no se lo digan a nadie, que como quiera, ellos se supone escribieron la historia y por tanto, ellos mismos se omitieron).

Nuevamente, esta no es la historia de mi muerte, ni siquiera de mi vida, sino la de todo un mundo de fantasía, mi realidad.

Entonces, no comencemos por el principio, sino por algún lugar en el medio... Cuando conocí a mi primer amigo, quien marcaría un parte aguas; muchos antes, y sobre todo muchos después...
CONTINUARÁ... (o tal vez no)